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RESUMEN I
La Iglesia de Cristo
Los Actos de Cristo que preparan la Iglesia son: la constitución de la comunidad de los discípulos; elección y misión de los “Doce”; vocación y misión de Pedro. La Última Cena del Señor es un acto anticipador y recapitulador. Los “Actos de Colación” de Cristo resucitado son: manda , con todo el poder del Cielo, perdonar los pecados como fruto de la Cruz; colación del Primado a Pedro; y elementos de misión y potestad.
Las características del reino predicado por Jesús son: es escatológico; está en crecimiento; es religioso, no es político; es universal; es de misericordia no de castigo; se accede al Reino por la conversión; y el Reino de Dios es el Reino de Cristo, implica una conversión a Jesús, reconocer que Él es el Hijo de Dios.
La Iglesia es Misterio de Comunión. En la Iglesia es donde Cristo realiza y revela su propio misterio como la finalidad del designio de Dios: recapitular todo en él. La Iglesia es sacramento universal de salvación. La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano.
Entendemos por notas ciertas propiedades esenciales de la Iglesia que la hacen exteriormente reconocible y discernible: la Iglesia es una, santa, católica y apostólica.
La Iglesia es el Pueblo de Dios y el Cuerpo Místico de Cristo. A modo de síntesis, de ambas nociones, se puede afirmar que: La Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, es decir, aquel que existe como Cuerpo de Cristo.
El mandato misionero que la Iglesia a recibido de Dios consiste en que ha sido enviada para ser sacramento universal de salvación, obedeciendo al mandato de su Fundador, se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres.
C) BIBLIOGRAFÍA
Concilio Vaticano II, Const. Lumen gentium, 1-17.
Concilio Vaticano II, Decr. Ad gentes divinitus, 1-9.
Concilio Vaticano II, Const. Sacrosanctum Concilium, 1-13.
Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis Humanae, 14.
Concilio Vaticano II, Decr. Unitatis Redintegratio, 4.
Juan Pablo II, Redemptoris Missio, 21.23.50.55.
Catecismo de la Iglesia Católica, 748-870.
RESUMEN II
Dimensión Jerarquica de la Iglesia
Jesús eligió a doce para que viviesen con Él y para enviarlos a predicar el reino de Dios; a estos Apóstoles los instituyó a modo de colegio, es decir, de grupo, estable, al frente del cual puso a Pedro, elegido de entre ellos mismos.
Por medio de los Obispos se manifiesta y conserva hasta nosotros la tradición apostólica en todo el mundo. Los Obispos recibieron el ministerio de la comunidad con sus colaboradores, los presbíteros y diáconos, presidiendo en nombre de Dios la grey, de la que son pastores, como maestros de doctrina, sacerdotes del culto sagrado y ministros de gobierno.
Características de la consagración episcopal son: es sacramento que confiere la plenitud del sacramento del orden; confiere junto con el oficio de santificar, también los oficios de enseñar y de regir; estos oficios sólo se pueden ejercer estando en comunión jerárquica con la Cabeza y los miembros del Colegio; es verdadero sacramento, en el cual por la imposición de las manos y las palabras de la consagración se confiere la gracia del Espíritu Santo y se imprime carácter; por esta consagración, los Obispos, de modo visible y eminente, hacen las veces del mismo Cristo y actúan en lugar suyo y cada uno de los obispos es el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares.
El Papa, obispo de Roma y sucesor de San Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles. El Pontífice Romano, en efecto, tiene en la Iglesia, en virtud de su función de Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, la potestad plena, suprema y universal, que puede ejercer siempre con entera libertad.
El Señor estableció solamente a Simón como roca y portador de las llaves de la Iglesia y le constituyó Pastor de toda su grey; pero el oficio de atar y desatar dado a Pedro consta que fue dado también al Colegio de los Apóstoles unido a su Cabeza.
El Colegio, que no existe sin la Cabeza, es también sujeto de la suprema y plena potestad sobre la Iglesia universal, si bien no puede ejercer dicha potestad sin el consentimiento del Romano Pontífice. La potestad suprema sobre la Iglesia universal que posee este Colegio se ejercita de modo solemne en el concilio ecuménico.
Los Obispos son los que, en primer lugar, reciben la triple misión confiada por Cristo a su Iglesia; para el desempeño de esta misión Cristo prometió el Espíritu Santo y lo envió el día de Pentecostés; este encargo que el Señor confió a los pastores es un verdadero servicio.
La misión de enseñar tiene como fin mantener a la Iglesia en la pureza de la fe transmitida por los apóstoles. La misión de santificar la realizan el Obispo y los presbíteros con su oración y su trabajo, por medio del ministerio de la palabra y de los sacramentos. La misión de gobernar la ejercen los Obispos que, como vicarios y legados de Cristo, gobiernan sus Iglesias particulares que se les han confiado no sólo con sus proyectos, con sus consejos y con ejemplos, sino también con su autoridad y potestad sagrada.
C) BIBLIOGRAFÍA
Concilio Vaticano II, Const. Lumen gentium (LG).
Catecismo de la Iglesia Católica (CEC), 874-895.
Código de derecho Canónico (CIC).