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SANTA FAZ

La historia de la Santa Faz

    Nada nos dicen los evangelios sobre aquella piadosa mujer que, compadecida del sufrimiento de Jesús, le ofreció su velo para que limpiase su rostro ensangrentado, pero una ininterrumpida tradición ha llegado hasta nuestro tiempo, venerando las imágenes de aquel rostro que quedó grabado en las tres dobleces de aquel velo. Una se encuentra en Roma, otra en Jaen y la tercera, que es la que a nosotros nos ocupa, en el Monasterio de la Santa Faz de Alicante.

    La reliquia permaneció en Jerusalén hasta el siglo VI, en el que empezaron las primeras invasiones musulmanas y los cristianos por miedo a que fuera profanada, juntamente con otras reliquias, la trasladaron a la isla de Chipre, donde permanecieron hasta el año 640, en el que fueron llevadas a Constantinopla, en busca de un  lugar más seguro, siendo depositadas en la Iglesia de santa Sofía, donde el santo lienzo quedó expuesto al culto y veneración de los fieles.

    El 29 de Mayo de 1453, siendo Emperador de Constantinopla Constantino XII, la ciudad fue tomada por los turcos y, según cuenta la tradición, los hijos del Emperador, huyeron a Roma, llevado consigo varias reliquias, entre ella la de la Santa Faz, que entregaron al Pontífice  Nicolás V, que guardó el Santo Lienzo en su oratorio privado.

        Siendo Papa Sixto IV, hubo en Venecia una tremenda epidemia y el Papa  les envió, por medio de un Cardenal,  la reliquia de la Santa Faz que guardaba en su oratorio, (con la expresa orden de que pasada la epidemia la devolviesen a sus manos) quedando poco después totalmente extinguida la epidemia. Repetidas veces el Papa reclamó la devolución de la Reliquia y sólo cuando los venecianos se vieron amenazados de graves sanciones canónicas accedieron a devolverla por el mismo Cardenal que la había llevado. Poco antes de su llegada Roma falleció el Papa y el Cardenal guardó la reliquia en su oratorio privado.

        Acompañando a un Cardenal (no se ha conservado su nombre), de paso en Alicante, el sacerdote D. Pedro Mena, viajo a Roma y al ser nombrado Cura de San Juan, el Cardenal le regaló el sagrado lienzo que custodiaba en su oratorio, recomendándole la veneración y estima merecidas a dicha reliquia.

        D. Pedro Mena la depositó en el fondo de un arca en la guardaba objetos de valor del Templo. Algún tiempo después, al abrir el arca, encontró el lienzo desplegado y colocado en la parte superior sobre la ropa que lo cubría. Al repetirse este hecho, colocó el lienzo sobre una tabla quedando expuesta a la veneración pública.

        En el año de 1479 y con motivo de una fuerte sequía se pensó en organizar una procesión de rogativas, en la que se llevaría el lienzo de la Santa Faz. Dicha procesión se organizó el 17 de Marzo de 1479, des el pueblo de San Juan hasta el santuario de Ntra. Sra. de los Ángeles. "Después de haber caminado como un cuarto de legua, al pasar el pequeño barranco de Lloixa, el sacerdote que llevaba la Santa Faz en sus manos (P. Villafranca), sintió tal peso en sus brazos que no pudo mantenerlos en alto, al mismo tiempo que perdía el movimiento de sus pies, teniendo que ser auxiliado por otros sacerdotes, que le llevaron hasta una pequeña altura más allá del barranco. Una vez allí todos los presentes pudieron ver como del ojo derecho de la Santa Faz salía una lágrima que se paró en la mejilla, creciendo de tal manera que aún los que estaban más apartados pudieron verla. Impresionados regresaron a San Juan, acordando repetir la procesión de rogativa el viernes siguiente."

        En este mismo lugar, en el año 1490, se levantó un nuevo templo de 34 metro de largo por 10 de ancho, al que se agregaron las dependencias necesarias para la comunidad encargada de la custodia del lienzo de la Santa Faz. Esta Comunidad pertenecía a la orden de San Jerónimo, que permaneció en el monasterio muy pocos años, instalándose en él el 17 de Julio de 1518 una comunidad de cuatro religiosas Clarisas, procedentes del Monasterio de Gandía.

      Este templo se declaró ruinoso y fue demolido en el año de 1748, construyéndose el actual que fue terminado en el año de 1766. El 16 de Julio de ese año era depositado el lienzo de la Santa Faz en el nuevo templo.

(Notas tomadas del libro  "LA VERDAD SOBRE LA SANTA FAZ" de Federico Sala Seva)

Sección tomada de: http://www.clarisassantafaz.com

Semillitas al Señor  
  "Así como el sol alumbra a los cedros y al mismo tiempo a cada florecilla en particular, como si sola ella existiese en la tierra, del mismo modo se ocupa nuestro Señor particularmente de cada alma, como si no hubiera otras. (Manuscrito A, 3 r°)
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Vos obráis como Dios, que nunca se cansa de escucharme cuando le cuento con toda sencillez mis penas y mis alegrías, como si él no las conociese... (Manuscrito C, 32)
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Puedes, por lo tanto, como nosotras, ocuparte de "la única cosa necesaria", es decir, que aun entregándote con entusiasmo a las obras exteriores, tengas por único fin complacer a Jesús, unirte más íntimamente a él. (Carta 228)
 
El Señor y los corazones...  
  ¡Ah, qué verdad es que sólo Dios conoce el fondo de los corazones!... ¡Qué cortos son los pensamientos de las criaturas!... (Manuscrito C, 19 v°)
 
El Señor Es ternura...  
  Al entregarse a Dios, el corazón no pierde su ternura natural; antes bien, esta ternura crece haciéndose más pura y más divina. (Manuscrito C, 9 r°)
 
El Señor esta siempre con nosotros...  
  cielo que le es infinitamente más querido que el primero: ¡el cielo de nuestra alma, hecha a su imagen, templo vivo de la adorable Trinidad!... (Manuscrito A, 48)
 
Santo Rosario  
   
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