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Dimensión jerárquica de la Iglesia

DIMENSIÓN JERÁRQUICA DE LA IGLESIA

 

El mismo Cristo es la fuente del ministerio en la Iglesia. Él lo ha instituido, le ha dado autoridad y misión, orientación y finalidad[270].

Elección de los Apóstoles con Pedro a la Cabeza:El Señor Jesús, después de haber hecho oración al Padre, llamando a sí a los que Él quiso, eligió a doce para que viviesen con Él y para enviarlos a predicar el reino de Dios; a estos Apóstoles los instituyó a modo de colegio, es decir, de grupo, estable, al frente del cual puso a Pedro, elegido de entre ellos mismos[271]. Así, vemos que por voluntad de Cristo la Iglesia quedó jerárquicamente estructurada en el misterio apostólico, y, al mismo tiempo, en un principio de unidad estable, Pedro, que, como Cabeza, gobierne y mantenga unido el cuerpo social.
Misión de los Apóstoles: Cristo los envió primeramente a los hijos de Israel, y después a todas las gentes, para que, participando de su potestad, hiciesen discípulos de Él a todos los pueblos y los santificasen y gobernasen, y así propagasen la Iglesia y la apacentasen, sirviéndola bajo la dirección del Señor, todos los días hasta la consumación de los siglos[272].
Confirmación plena de la misión: En esta misión fueron confirmados plenamente el día de Pentecostés, según la promesa del Señor: Recibiréis la virtud del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos así en Jerusalén como en toda la Judea y Samaria y hasta el último confín de la tierra[273].
 
 
Semillitas al Señor  
  "Así como el sol alumbra a los cedros y al mismo tiempo a cada florecilla en particular, como si sola ella existiese en la tierra, del mismo modo se ocupa nuestro Señor particularmente de cada alma, como si no hubiera otras. (Manuscrito A, 3 r°)
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Vos obráis como Dios, que nunca se cansa de escucharme cuando le cuento con toda sencillez mis penas y mis alegrías, como si él no las conociese... (Manuscrito C, 32)
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Puedes, por lo tanto, como nosotras, ocuparte de "la única cosa necesaria", es decir, que aun entregándote con entusiasmo a las obras exteriores, tengas por único fin complacer a Jesús, unirte más íntimamente a él. (Carta 228)
 
El Señor y los corazones...  
  ¡Ah, qué verdad es que sólo Dios conoce el fondo de los corazones!... ¡Qué cortos son los pensamientos de las criaturas!... (Manuscrito C, 19 v°)
 
El Señor Es ternura...  
  Al entregarse a Dios, el corazón no pierde su ternura natural; antes bien, esta ternura crece haciéndose más pura y más divina. (Manuscrito C, 9 r°)
 
El Señor esta siempre con nosotros...  
  cielo que le es infinitamente más querido que el primero: ¡el cielo de nuestra alma, hecha a su imagen, templo vivo de la adorable Trinidad!... (Manuscrito A, 48)
 
Santo Rosario  
   
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